Por muchas razones, pero hoy singularmente por una: porque ha demostrado usted tres cualidades que me parecen imprescindibles en quien, como usted, tiene que mover un trasatlántico varado en el mar de la política. Esas cualidades son: valentía, independencia y ansias de buscar un espacio propio y diferenciado.
Valentía, porque hay que tener valor para salvar al actual presidente del gobierno. Y en lo poco que la conozco, señora, creo que no lo hizo por simpatía ni, desde luego, proximidad ideológica.
Y mucho menos, desde que gobierna con Unidas Podemos. Lo hizo porque entendió que era lo más honesto en este momento, porque, si se levanta el estado de alarma, ¿qué se hace, qué hacemos cada uno de nosotros mañana mismo, si no han terminado los contagios ni las muertes?
Independencia, porque usted sabía que al dar sus votos a Sánchez se podría producir una rebelión del sector más conservador de Ciudadanos. Sin embargo, cumplió con lo que creía su deber en trance tan delicado.
Y ansias de buscar un espacio diferenciado, por las razones que todo el mundo conoce: porque Ciudadanos viene de compartir lecho con el Partido Popular y con Vox, aunque no haya una foto suya con Abascal; porque en algunas comunidades autónomas practican un pecaminoso menaje a trois; y porque hubo momentos en que yo no sabía distinguir los mensajes del PP y los de su partido, de parecidos que eran.
Si de ese viraje se desprende que Ciudadanos regresa al centro político, que recupera la legitimidad de pactar con el PSOE, pero también con el PP, quizá tenga que pagar cara su libertad y su autonomía, pero habrá aportado mucho al sosiego de la política española.
Ser de centro es aceptar que el adversario puede tener razón. Ser de centro es dialogar y pactar, eso que tanto se predica y tan poco se practica. Ser de centro es representar la concordia y la moderación. Y ser de centro es eso que usted ha dicho hoy: ser útil a la sociedad.
Y en todo caso, le digo, Inés Arrimadas, ya próxima mamá Arrimadas: solo con que usted haya votado hoy de acuerdo con su conciencia y su sentido del deber, ya debiera ser un referente para este país.
Tremenda Ines
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